MÉXICO Y YO... Bodas de plata entre dos tierras
México, tus colores tocaron a la puerta de mi alma y les dejé entrar, día a día, aunque a veces tras ellos se ocultaran las sombras, las mías y las tuyas. Con ellas hice canciones y el latir de mi corazón mantuvo brillante el matiz de tus desbordantes colores.
El Amor saca a la luz todo aquello que no se le parece para poder liberarlo. Y aquí estoy, veinticinco años después de mi encuentro contigo, dando luz a tus colores dentro de mi corazón, con la fuerza que me da el profundo agradecimiento a todo lo acaecido, consciente de que mi amor por ti nos salva a los dos de tantas mentiras que sólo la ignorancia y el miedo sembraron a nuestro alrededor.
Hoy retiro las piedras que en algún pasado lejano mi alma errante pudiera haber plantado en el muro de la separación. Decidí entenderlo aquí, mi amado México, y quiero celebrar nuestro mágico encuentro cantando tus canciones, honrando con mi voz y con mis manos toda la belleza que hay en la profundidad de tu raíz sagrada y generosa.
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